Cuando llegué a la zona sur hace año y medio en mi exilio del norte me propuse encontrar algún sitio en el que poder seguir mejorando mis modestos resultados en las carreras populares. Tras varias decepciones, me hablaron sobre Desafío Running Móstoles, un club de running creado en 2016 y que dirigían Diana Martín con la colaboración de José Manuel Abascal.
A priori sus credenciales parecían inmejorables: ambos de la escuela de Antonio Serrano y con un importante palmares.
Como sólo puedo entrenar por las mañanas me tocó conocer más a Diana. Lo que me impresionó de ella no fue tanto sus éxitos pasados: dos participaciones olímpicas y bronce en los 3000 obstáculos del Europeo de 2014 ni siquiera sus éxitos presentes con el gran número de podios conseguidos desde que volvió después de tener a su hija. Lo que me resultó más impresionante fue el conocer, por primera vez en mi vida, a una atleta de pura raza, que lleva este deporte en la sangre y que piensa, sueña y respira a través de él.
Además tuve la suerte de encontrar a una entrenadora rigurosa y exigente que, junto a las enseñanzas técnicas sobre ritmos, dosificación o recuperación, fue inculcándome algo más importante: su concepción del atletismo como una lucha para superarse a uno mismo: las marcas, la fatiga, el desánimo, etc.
También me ha enseñado que esa batalla se gana con el esfuerzo y el sacrificio, trabajando con las propias sensaciones y referencias conociéndose uno mismo cada vez más, con la motivación y no con modernos gps ni con ninguna forma de dopaje tecnológico. A ello hay que sumar su ejemplo de compromiso y disciplina tanto en cada entrenamiento como cuando compite, que hace que, en algún momento de las carreras en las que yo participo, me acuerde de su zancada larga y elástica que hace parecer tan fácil el deporte de correr y que también escuche su voz jaleándome: ¡Venga!, ¡Vamos!
También me ha gustado comprobar como ella y Abas han sido capaces de crear un equipo tan cohesionado dentro y fuera de los entrenamientos y con un gran número de pódiums en las carreras populares, sobre todo de la zona sur. Logro que resulta todavía más meritorio por la gran diversidad de géneros, edades y de experiencias previas en el correr que tenemos los participantes de la escuela del corredor de Desafío Running Móstoles.
LUIS G.